"Deixai os pequeninos, não os embaraceis de vir a Mim, porque dos tais é o reino dos céus." Senhor Jesus Cristo
Mateus 19:14
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sábado, 15 de setembro de 2018

Enfrentando el Cáncer

Foto em San Juan - República Dominicana 2015
Algunas personas que enfrentan el cáncer reciben mucho apoyo de los amigos, familiares y hermanos en Cristo. El hecho de que el cáncer hubiera llegado a mi vida no es algo que yo puedo cambiar o controlar.  Lo que yo pude hacer es tener una actitud correcta delante de esa enfermedad.

La enfermedad toca mucho el lado emocional y a veces quedamos desanimados y tristes. Fue en el 2017 que descubrí que tenia cáncer en el intestino. Lloré a los pies del Señor, le agradecí y alabé Su Santo Nombre.

El Señor es mi ayuda y él es mi pastor. El versículo de Dios me dio en el aquel día fue Salmo 33­.18: “He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia”. Pasé la noche angustiada. Era una angustia tan grande que caí de rodillas pidiendo al Señor que me liberara de esto. La angustia continuó y clamé nuevamente, pero ella aún estaba ahí. Entonces al amanecer le hablé al Señor: Padre, si no me quitas esta angustia, yo no voy a poder suportar. En aquel momento ella se fue y sentí una gran paz.

Yo sé que la angustia que Jesús se enfrentó en la cruz de Jardín de Getsemaní no puede ser comparada con mi angustia.  En ese mismo momento yo sabia que Él comprendía mi dolor y que Él estaba conmigo. El versículo de consuelo que el Señor me dio fue este: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas “Proverbios 3.5-6.

’Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse’’ Romanos 8.18. Durante todo ese tiempo sentí el amor de Dios atreves de varias personas. El Señor acercó a personas de varios lugares y tocó a muchos hermanos para orar y desafiar a sus iglesias para que yo fuese sanada. Él habló con muchos hermanos para contribuir financieramente, para que nada faltase a mis tratamientos. El Dios Soberano que tanto anuncié para los niños que se importaba con ellos, ahora estaba preocupándose conmigo.

Busqué el libro de Salmos para el consuelo y seguridad no Dios que es el nuestro refugio, ayuda y presente en la angustia. Como le libro de Salmos hice diferencia em mi vida, en las noches de insania y dolores. Después de haber conocido el diagnóstico, tuve personas a mi alrededor que puede contar con su apoyo, como familiares, amigos y hermanos en Cristo. Mismo lo familia más acerca y hasta aquellos amigos más queridos que realmente se preocupaban por mí, no conseguían comprender lo que estaba viviendo.

Sabes cuándo la gente camina por las calles, mira para las personas llevando sus vidas normales y sientes que tú NO haces parte de aquel mundo de las personas saludables. Era así como yo me sentía. Cuando estamos en una situación difícil, en especial si el problema es enfermedad, la persona que conoces a Jesús como Salvador piensa mucho sobre el Cielo.

Cuando el Señor Jesús estuvo aquí en la tierra, Él le dije a sus discípulos: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros “San Juan 14.1-3. El Cielo es real. Es el lugar dónde Dios vive y dónde Jesús está asentado a la derecha de Dios. Cuando Jesús habla sobre Moradas” quiere decir que hay mansiones lindas para sus hijos y que Él mismo está preparando ese lindo lugar. La ciudad es hecha de oro puro, similar al vidrio transparente, hasta las calles están hechas de oro. Un hermoso río de aguas claras, el Río del agua de la Vida, fluye del trono de Dios.

En ambos lados del Río está el árbol de la vida, que fue encontrado por la primera vez en lo jardín de Edén. El Cielo es descrito como un reino, una herencia, una patria, una ciudad y un hogar. Será un hogar maravilloso y disfrutaremos de el para siempre. Pero lo más importante sobre la ciudad es que Dios vive con las personas. El Cielo no necesita de la luz de sol, ni de la luna para ser iluminada. La propia gloria de Dios llena con una luz maravillosa. En el Cielo nunca habrá noche, no habrá tristeza, sufrimiento, porque el pecado no entra allí. Es un lugar de gran alegría, sin muerte ni miedo. El Cielo es infinitamente mejor que todo lo que imaginamos. Nuestro mundo es apenas una sombra muy vaga de la gloria del Cielo. Apocalipsis 21 y 22.

La verdad del Cielo en el fin de la vida nos permite soportar con alegría las tempestades y las batallas de largo camino. La esperanza del Cielo es fuente de ánimo y valentía para los cristianos afritos de todas las generaciones. Quiero decir para usted, que solo Jesús que murió en la cruz por sus pecados y que te ama mucho, pueda darte la paz para soportar cualquier enfermedad. Es tiempo de buscar al Señor. La Palabra de Dios dice: “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, nadie las arrebatarás de la mano de mi Padre” San Juan 10.28.

Hable con Dios ahora. Cuente lo que usted está sintiendo y confiesa tus pecados a Él para tener paz. Él tiene para usted el perdón y la vida eterna. Tú puedes hacer esa pequeña oración: Querido Dios, tengo pecado contra Ti. Ahora estoy aquí para pedir tu perdón, porque yo sé que solamente Jesús murió en mi lugar y tomó sobre Si la condenación que yo merecía por causa de mi pecado ¡Yo recibo a Jesús como mi único Salvador! Amén.

Misionera Darlene Alencar Oliveira

2 comentários:

Francisca Vandyrene Sousa disse...

Muito bom!Que vidas venham a ser abençoadas através desse folheto. Que o Senhor seja sempre engrandecido em sua vida e através dela.

Kevin Jaramillo disse...

Muy hermoso e inspiración mensaje y testimonio. Gracias a Dios porque fue Él quien la sostuvo a través de su palabra y sus promesas. Esperar en Dios y refugiarnos en Su voluntad es lo mejor que podemos hacer. Dios cumplirá su propósito en nosotros siempre, y Sus planes son perfectos, aunque no podamos comprenderlos. Dios te bendiga, fue un gran placer conocerte en persona y verte como un testimonio viviente del amor de Dios y la perseverancia del Espíritu Santo en la vida del creyente. Un abrazo.

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